A todos nos ha pasado alguna vez. De repente, lo que se presentaba en forma de día soleado se convierte en el diluvio universal y a ti te sorprende con espardeñas, sandalias o cualquier tipo de calzado con suela deslizante. Obviando el factor suerte, desafiamos la ley de probabilidades y estrenamos zapatos en una boda. “¡En buena hora!” nos lamentamos cuando ya no hay remedio. Pero bueno, el problema no pasa de ahí. Un culetazo, zapatos nuevos o tiritas y ya. Pero para un superhéroe debe ser complicado, cuando menos, intentar salvar el mundo si las botas no le acompañan. Y eso ya es más grave.
10 junio, 2008 a las 6:06 pm |
Es que se las compro al Dc Doom.
11 junio, 2008 a las 12:02 am |
Y encima le toca el culo a La Cosa… claro, como lo tiene tan duro.
11 junio, 2008 a las 10:48 am |
jeje, algo de eso habrá, theye :P
El culo? Estamos hablando del mismo cartel? :o
10 noviembre, 2010 a las 9:34 am |
[…] Ya sé dónde debería comprarse las botas la mujer invisible. […]