Pues eso. Falso, falso.
Jil Sander /Fragrances & Beauty
¡Feliz Semana Santa!
Lo primero es anecdótico, pero como te lo encuentras nada más cargar la web, me parece cuanto menos curioso que te moleste hasta tal punto el estucado de la pared que decidas crear un fondo ad hoc.
Lo segundo ya me tiene más mosca. Teniendo en cuenta que, aparentemente, no hay escalones de por medio, ¿cómo se explican esas piernas?
Herve Leger / Collection / Image Book / Pág. 2
jeje, auto-, o sea, yo mismamente conmigo misma, qué listos. Casi cuela. ¡Pero no! ¡Me he quedao con la copla, amiguitos! Esas manos no son las de la chica, que se convierten en agua gracias a vuestra fantástica crema, no, no. ¡Esas manos son de un alien! ¡Ja!¡Os pillé!
Y el que no me crea, que pruebe a clavar la pose sin sacarse el brazo del sitio. ¿Qué? Es imposible, ¿no? Un alien, lo que yo te diga.
Objetivamente hablando no se puede decir que nos hallemos ante un CSI FX propiamente dicho. Sin embargo no se puede negar que puestas así, una al lado de la otra, alguna cosa rara hay.
¿Jugamos a las diferencias?
Para que luego digan que los helados son cosa de niños. Los pelos como escarpias, oiga.
Primero, la libreta vampiro. ¿Dónde está su reflejo?
Después, el Carte D’Or decapitado. ¿Dónde está el resto de la caja?
Seguimos con la pata de la mesa que lleva clavada una baldosa como si tal cosa y, por último, se puede apreciar perfectamente cómo las lamas del arcón empiezan a desaparecer.
¡Ikeeeerrrr, te necesito!
Glamour, dice, y le recortan el pelo de tal forma que parece que haya metido los dedos en un enchufe…
Por no hablar de lo antiglamouroso que resulta ese pliegue en el pecho a la altura de la axila, lo rarísima que se ve la tableta izquierda o esos nudillos ¡blancos!
Por Dios.
Como filosofía me parece bien. Sobre todo si, como hoy, se trata de un lunes.
Lo que ya no me parece tan bien es el método de ejecución. Que digo yo que tampoco hace falta que te descuajaringues la mandíbula en el intento, ¿no?
… es ese lugar en el que, por alguna extraña razón de la que, a día de hoy, nadie ha conseguido descubrir el origen, las patas de los caballos mutan en amorfas o directamente desaparecen conforme se acercan al primer plano.
-Oye, la camiseta ésa verde…
– ¿Ein? ¿Camiseta verde? ¿Qué dices? No tenemos de eso.
– Pues la pintas.
Y dicho y hecho.
Vuelve a pasarme como ayer. Fijo fijísimo que existe una explicación lógica, pero a mí no se me ocurre.
Women’s Secret/pág. 5